viernes, 2 de abril de 2010

Internet nuevamente. Acercándonos a la Civilizaciòn

Hemos estado nuevamente varios días sin internet. Acabamos de llegar al hotel en Lavacolla, parada anterior a nuestra llegada a Santiago (estamos ya a menos de 10 km). Así que aprovecho para inmediatamente publicar los blog de los días tres y cuartos, mientras redacto los de los días quinto y sexto.

Tercer y cuarto día. ¡Ahora sí sé porqué la iglesia da absolución de todos los pecados a los peregrinos del camino de Santiago! Este cuarto día ha sido una odisea. Frío, lluvia y viento a ráfagas durante varios kilómetros. Pero bueno, comencemos por donde se debe, el principio.

Al salir de Sarria, comenzamos subiendo y subiendo y subiendo. Gina, luego de su masaje, había sido tan amable de comprarme un pantalón plástico para superar la lluvia. Me lo puse y me puso a sudar. Suda y suda mientras subía la montaña, pasando por pueblitos de piedra y paisajes verdes, con mucha vaca y boñiga. Luego de cerca de 5 km de camino, comenzó a llover, esto nos duró ocho kilómetros más, lo que nos obligó a parar en una fonda a calentarnos y a comer algo (es que los desayunos españoles de pan y café, nos hacen parar cerca de las 12 para reponer energías y calentarnos). Bendita sea la empanada gallega, que las hay de ternera con chorizo o de bonito o atún, ya que han servido ya varias veces de reponedoras de fuerza. Una de estas empanadas con un café (o mas bien carajillo) o un vino y listos para seguir. Luego de la lluvia, sin que saliera el sol, pero con unos paisajes lindísimos, campos verdes floreciendo, inició el descenso a Portomarín, donde la hospitalidad Gallega se evidencia en la simpatía y amabilidad de su gente. Cabe mencionar el cobertizo con hoguera que una familia ofrecía con un letrero invitando a los peregrinos a refugiarse de la lluvia y el viento. Llegamos con una tarde esplendorosa entre campos abiertos a la entrada impresionante de Portomarìn y subimos hasta el hostal Arenas.

Comité de recibimiento en Portomarín




Changa, plaza e iglesia de Portomarin (Templo de San Pedro)

Excelente lugar para quedarse. Buenas habitaciones, excelente atención y mejor comida (hasta nos lavaron la ropa). Hasta este punto, este es el más bonito de todos los pueblos que hemos estado (tal vez junto a O Cebreiro). El camino fue largo. 21Km duros.

En realidad fueron más de 21 Km. Esto es lo que marca mi GPS que caminamos, pero como pueden ver, inició luego de la caminada para salir del pueblo.

Pagamos algunos pecados, en especial por el pedazo de lluvia y viento. Pero realmente no era nada. No fue hasta hoy que realmente nos dimos cuenta lo que es pagar por los pecados.

Lady Wally comienza a sentir la dureza del camino

Salimos de Portomarín, y nuevamente comenzamos a subir. Un par de las lomas eran duras, pero la mayor parte del tiempo es subir a largo plazo. Mucha gente en el camino desde Sarria. Pasamos a muchos y nos pasaron pocos. Sobretodo chiquillos. ¡Ah juventud! Había uno que estaba caminando 65 Km en un día. Pero también sorprenden las personas mayores que van lentas pero seguras. Luego de 5km, comenzó a llover con viento y frío. Mucho viento y mucho frío. Seguimos avanzando hasta que Gina comenzó a perder energías por no haber desayunado bien. Paramos en un bar, lleno de peregrinos, algunos ingleses otros franceses, que no se comunicaban muy bien con el gallego que atendía, el cual no era muy simpático (caso no común en el camino, en donde la gente es muy servicial y ayudadora). Pedimos unos bocadillos con agua, café y cerveza para retomar fuerzas. Tardaron. Una vez comidos, nos enfundamos en todas las de ropa y capote y salimos a caminar. No habíamos caminado dos minutos cuando se desató una tormenta. Pagamos muchos pecados. Fueron cuatro kilómetros miserables de vientos de más de 60 Km y lluvia, a Gina el viento se la llevaba. Realmente desagradable. Luego se detuvo el viento y sólo continuó la lluvia. Mejoró sustancialmente, aunque no es algo que deseo a nadie.

Yo sufriendo el viento y la lluvia...

Después de un rato, paró la lluvia y comenzamos a caminar por campos verdes y pueblitos empedrados y muy charming (antes esta parte del camino no tiene encanto). En uno de esos pueblitos salió de su casa un anciano con su perro, nos ve y nos dice “al mal tiempo, buena cara”, a lo que le respondimos que así mismo es. Contribuyó a mejorar ánimos. De allí en adelante el camino se hizo mejor, pero largo.

Horreos que adornan el camino. Si no saben qué son, búsquenlos en el diccionario...

Hoy fueron 23km según mi reloj con GPS. 28 según la guía.

Todo el camino hasta este punto

Igual, fue largo (dice Gina que si alguien quiere ahorrarse un Brazilian Butt lift, que sólo vengan a caminar a Santiago, el butt quedará firme, garantizado y si es en año Jacobeo, como es este, las indulgencias vienen incluidas), pero nos sentimos muy bien porque llegamos a un hotel (Cabaña) en Palas de Rei, de lo más simpático y cómodo. Con mucha vida por la cantidad de peregrinos, los cuales luego de la larga caminada, se premian con abundante licor y comida. Cosa que nosotros copiamos al instante, esta vez comiéndonos nuestro almuerzo con un buen Albariño, terminando con unos Oroujos de esos que calientan las plantas de los pies y las palmas de las manos (tienen algo de vegetal, obviamente).

La peregrina acabada y resentida. Cayó en la cama tan pronto llegó

Datos Prácticos. Para aquéllos que anden pensando hacer el camino, algunas recomendaciones:

1. El calzado. Esto es lo principal. Botas que den soporte a los tobillos, impermeables y que respiren (material gortex o algo similar). Bien pisadas para asegurar que funcionan y que no harán daño.

2. Medias. Unas muy delgadas y, encima, otras de trekking. Las delgadas son “liners” y ayudan a evitar llagas, enemigo mortal de los peregrinos y principal causa de no terminar.

3. Mochilas. Envíenlas por transporte y no las carguen que no es necesario. Son tres euros por mochila por tramo. Preguntar por quiénes las transportan y no caer en el error de pedir un taxi para ello, como nos pasó al principio. Traer mochilas pequeñas para llevar lo necesario para el camino, incluyendo lo necesario para cubrirse de las inclemencias del tiempo.

4. Ropa. Que respire, es decir, que sea dry fit o algo similar. Toda ella, nada de algodón. Sólo fibras sintéticas. Ropa interior desechable. Es excelente, no se moja y se bota en cada estación, lo que reduce espacio de equipaje y no requiere limpieza.

5. Si vienes de fuera de España, compren un celular prepagado en el Corte Inglés. Salen baratos y ahorran mucho en roaming.

6. Escoger una canción para el camino, anima. Algo alegre o temático es mejor. Nosotros escogimos cantares (se hace el camino al andar, la cual las pelaas no dejan de cantar, lo que hace llover y no se saben bien la letra).

Mas adelante doy otros datos. Ahora, a descansar que mañana el trayecto es más largo…

1 comentario:

  1. ¡Cómo me he reído! Feliz Pascua de Resurrección, bautizada de Indulgencias. Los felicito. Una experiencia hermosa. ¡BRAVÍSIMO! Los amo, Marisol

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